Fue ayer. Aún viven en los ancestros de la memoria la familia descompuesta, la provisionalidad y la incertidumbre. En cualquier caso, nunca el miedo. Éramos más que jóvenes. Éramos valientes y comprometidos, locos de atar que no aspiraban más que a vivir con intensidad el momento. El futuro nos parecía tan lejano.
La felicidad era casi siempre la norma, y el llanto una mancha de aceite en la camisa, persistente hasta el próximo lavado. Querida amiga, espero que estés bien.
"Eramos valientes.."
ResponderEliminarAún queda algo de esa valentía... Gracias Guillermo.
Estoy bien!!
Viviendo, que no es poco.