domingo, 10 de abril de 2016

Pobres y ricos...

   "De la pobreza y la riqueza ..."
   © Guillermo Asián.
   Crosby, Stills, Nash & Young 4 + 20
   http://www.youtube.com/watch?v=MPVtZ5rRu_4

La desigualdad humana sigue creciendo: los ricos se hacen cada vez más ricos, mientras millones de personas continúan atrapadas en la pobreza. Las 85 personas más ricas del mundo concentran la misma riqueza que el 50% de la población más pobre.
Hace más de tres años el magnate multimillonario Warren Buffett admitía que durante los últimos veinte años se venía librando a escala mundial una guerra de clases que la suya “había ganado. En opinión de la periodista Allison Jackson en ‘The Global Post’ la realidad descrita por el magnate funciona hasta hoy, ya que “la brecha entre los más ricos y los más pobres se ha hecho aún más amplia”.
Para corroborarlo, la periodista cita los datos de Oxfam, que calcula que los 85 multimillonarios más ricos del planeta, entre ellos nombres conocidos como los de Carlos Slim, Bill Gates y Mark Zuckerberg, disponen de tanto dinero como las 3.500 millones de personas más pobres.
“Lo dramático en esta situación es que los muy ricos simplemente se hacen cada vez más ricos, lo que requiere necesariamente y de manera urgente abordar la desigualdad de ingresos”, señala Jackson.
Según las estimaciones de Oxfam, entre marzo de 2013 y marzo de 2014, la riqueza de esos mismos 85 multimillonarios creció diariamente 668 millones de dólares. “Estas personas son tan grotescamente ricas que si, por ejemplo, Bill Gates decidiera gastarse un millón de dólares al día, tardaría 218 años para agotar sus fondos”, escribe Jackson.
“Se ha hablado mucho de la creciente brecha entre los más ricos y los más pobres y sobre lo que significa para las perspectivas económicas mundiales esta situación y, sin embargo, la desigualdad extrema persiste”, constata la periodista.

viernes, 8 de abril de 2016

La mujer rota...

      © Guillermo Asián *


La Mujer Rota es un libro de Simone de Beauvoir. En los tres relatos que incluye la obra (La mujer rota, La edad de la discreción y Monólogo), se debaten situaciones sin salida: la edad, la soledad, la agonía del amor.

Simone de Beauvoir 
con sólo 15 años ya quería ser escritora. Tras haber aprobado el bachillerato en 1925, De Beauvoir empezó sus estudios superiores en el Instituto Católico de París, institución religiosa privada a la que solían asistir las muchachas de buena familia. Allí completó su formación matemática, mientras que ampliaba su formación literaria en el Instituto Sainte-Marie de NeuillyJunto a Jean Paul Sartre, Raymond AronMichel LeirisMaurice Merleau-PontyBoris Vian y otros intelectuales franceses de izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea. Su consagración literaria tuvo lugar el año 1949: la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos. El Vaticano, por ejemplo, se mostró contrario al ensayo. Los Mandarines, publicado el 1945, marcó el reconocimiento de su talento literario por la comunidad intelectual: se le otorgó por esta novela el Premio Goncourt. De Beauvoir ya era por entonces una de las escritoras con más relevancia a nivel mundial. A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. También relata su relación con Sartre, que calificó de éxito total. En 1964, publicó Una muerte muy dulce, que relata la muerte de su madre. Sartre consideró siempre que éste fue el mejor escrito de Simone. La eutanasia o el luto forman el núcleo de este relato cargado de emoción. Tras la muerte de Sartre en 1980, publicó en 1981 La ceremonia del adiós, donde relató los diez últimos años de vida de su compañero sentimental.
La actividad de Simone de Beauvoir fue, junto con la de Gisèle Halimi y Elisabeth Badinter, central para obtener el reconocimiento de los maltratos sufridos por las mujeres durante la guerra de Argelia, así como para la obtención del derecho al aborto en Francia. Fue una de las redactoras del  Manifiesto de las 343, publicado en abril de 1971 por la revista Le Nouvel Observateur. Con Gisèle Halimi, fundó también el movimiento Choisir, que tuvo un papel determinante en la legalización del aborto.
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“Extraordinario decorado el de este bosquejo de ciudad abandonada en los confines de un pueblo y al margen de los siglos. Bordeé la mitad del hemiciclo, subí por las escalinatas del pabellón central: contemplé largo rato la sobria majestad de estas construcciones edificadas con fines utilitarios y que nunca sirvieron para nada. Son sólidas, son reales: sin embargo, su abandono las transforma en un simulacro fantástico: uno se pregunta de qué. La hierba tibia, bajo el cielo de otoño, y el olor de las hojas muertas me aseguraban que no había abandonado este mundo, pero había retrocedido doscientos años atrás. Fui a buscar unas cosas en el auto; extendí una manta, almohadones, puse la radio a transistores, y fumé mientras escuchaba Mozart. Detrás de dos o tres ventanas polvorientas adivino presencias: sin duda son oficinas. Un camión se detuvo ante uno de los portones, unos hombres abrieron, cargaron bolsas en la parte trasera del vehículo. Ninguna otra cosa ha alterado el silencio de esta siesta: ni un visitante. El concierto terminado, me puse a leer. Doble sensación de extrañamiento: me iba muy lejos, a orillas de un río desconocido; alzaba la vista y volvía a encontrarme en medio de estas piedras, lejos de mi vida”.
La mujer rota (1968; Edhasa, 2007)
"... Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento (...)"
Simone de Beauvoir

*Ilustra este post la imagen de una mujer que encontré herida en un parque de Madrid. Me contó una triste historia de sufrimiento y dependencia. La volví a ver al cabo de unas semanas y estaba mejor, camino de la recuperación.