© Guillermo Asián
Una vez escogido el elemento protagonista decidí que recayera sobre él todo el peso de la narración. Las
diferentes posiciones del paraguas sobre el fondo intentarían impactar visualmente al espectador.
Como ejercicio me parece muy recomendable para reforzar el
sentido de la proporción. En mi opinión, también es una buena
práctica para evaluar con criterio el peso y la importancia de los distintos
elementos incluidos en los límites de una fotografía, o de una pintura.
El paraguas, que se estira o se contrae, es un objeto que
cae por efecto de la gravedad o que vuela por empuje del viento. Por tanto, si
es captado por un obturador en determinada velocidad, tendrá más o menos foco
dependiendo del plano donde se encuentre, y también en la imagen final
aparecerá más o menos movido dependiendo de la velocidad a la que se traslade.
Una vez alterados los distintos clones, y situados en distintos planos, es muy
importante conservar la perspectiva en cada uno de ellos, soportando todos los
elementos de la imagen un fondo muy abierto que defina el plano
general, como en este caso.
La profundidad de campo está tratada por zonas, imitando en lo posible el efecto de la mirada a través de un objetivo angular. En sí es un ejercicio muy sencillo, pero la imagen final
tendrá un valor creativo dependiendo de múltiples factores. Es evidente
que con estos dos elementos, distintos artistas
pueden ofrecer resultados con estilos muy diversos.
Al final incluí también una fotografía de lluvia realizada a contraluz.
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