martes, 27 de diciembre de 2011

Rain Unbrella

No hace mucho, en uno de los talleres que imparto, y mientras conversábamos sobre la influencia de la pintura en la fotografía analizando unos óleos de Magritte, confesé el poder de atracción que ejercen sobre mí las imágenes con objetos repetidos, esparcidos en escenarios reales que adquieren un “aire” surrealista al verse invadidos por el clon de un protagonista. Algunos amigos y alumnos me retaron entonces, también como ejercicio, a realizar la imagen de un paisaje a partir de tres elementos sencillos. El propósito era que también les sirviera como tutorial para aumentar su curva de aprendizaje con algún programa de postproducción de imagen fija como Photoshop.

 © Guillermo Asián

El caso es que recogí el testigo y escogí dos elementos base para la realización de ese paisaje: un paraguas y un cielo nublado. En este caso, y como parte de las prácticas del taller de Iniciación a la Fotografía Digital, he decidido abrir la conversación hasta este blog, mostrando con imágenes cómo se realizó el trabajo.

Una vez escogido el elemento protagonista decidí que recayera sobre él todo el peso de la narración. Las diferentes posiciones del paraguas sobre el fondo intentarían impactar visualmente al espectador.
Como ejercicio me parece muy recomendable para reforzar el sentido de la proporción. En mi opinión, también es una buena práctica para evaluar con criterio el peso y la importancia de los distintos elementos incluidos en los límites de una fotografía, o de una pintura.

 El paraguas, que se estira o se contrae, es un objeto que cae por efecto de la gravedad o que vuela por empuje del viento. Por tanto, si es captado por un obturador en determinada velocidad, tendrá más o menos foco dependiendo del plano donde se encuentre, y también en la imagen final aparecerá más o menos movido dependiendo de la velocidad a la que se traslade. Una vez alterados los distintos clones, y situados en distintos planos, es muy importante conservar la perspectiva en cada uno de ellos, soportando todos los elementos de la imagen un fondo muy abierto que defina el plano general, como en este caso.


La profundidad de campo está tratada por zonas, imitando en lo posible el efecto de la mirada a través de un objetivo angular. En sí es un ejercicio muy sencillo, pero la imagen final tendrá un valor creativo dependiendo de múltiples factores. Es evidente que con estos dos elementos, distintos artistas pueden ofrecer resultados con estilos muy diversos. Al final incluí también una fotografía de lluvia realizada a contraluz.


Talleres de Iniciación a la Fotografía Digital. Información en www.guillermoas.com

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