Desnudo masculino en fotografía

La aceptación del desnudo masculino en fotografía se ha producido mucho más tarde que la del femenino. En los origenes de la fotografía, cuando esta tenía la función de reproducir retratos al alcance de gentes adineradas, los fotógrafos percibieron un nuevo mercado emergente que dio lugar a la producción de fotografía de paisajes, calles y objetos. Paralelamente, el desnudo femenino se extendió rápidamente mostrando el cuerpo de la mujer, dado que en una sociedad esencialmente machista estaba mal visto el contemplar fotografías de hombres. No olvidemos que la mayor parte de los consumidores de fotografías de desnudo eran varones.

    Albert Londe, Male Musculature Study, 1890.

La posibilidad de conseguir modelos a  buen precio fomentó la fotografía de mujeres en actitudes eróticas, pero el tabú sexual, que agitaba  una sociedad conservadora, calificó las fotografías de obscenas o pornográficas. En el desnudo masculino el tabú se justificó aún más por la exposición de los genitales, más evidentes que en la mujer.

Las fotografías con mujeres desnudas  eran perseguidas por la justicia, que caía sobre sus  poseedores con penas de arresto e incluso de cárcel. Pero aún era más perseguida la posesión de imágenes con desnudos masculinos, consumidas casi exclusivamente por homosexuales en un mundo donde la homosexualidad era un delito.
Estas fueron algunas de las razones que limitaron el consumo fotográfico de desnudo masculino, permitiendo, eso sí, su realización en actividades socialmente aceptadas como el arte, la antropología, la  foto deportiva, etc...

   Eugen Sandow.

En mi condición de observador, y atendiendo a las críticas que habitualmente me llegan, he constatado que aún hoy día la contemplación objetiva del desnudo masculino, como obra de arte fotográfica, está sujeta a condicionantes morales y tabúes que inclinan la balanza a favor del desnudo femenino.
En mi opinión, la “avanzada” sociedad del siglo XXI aún estigmatiza la contemplación del desnudo fotográfico masculino, vistiendo de hipócrita modernidad una latente homofobia.