viernes, 8 de abril de 2016

La mujer rota...

      © Guillermo Asián *


La Mujer Rota es un libro de Simone de Beauvoir. En los tres relatos que incluye la obra (La mujer rota, La edad de la discreción y Monólogo), se debaten situaciones sin salida: la edad, la soledad, la agonía del amor.

Simone de Beauvoir 
con sólo 15 años ya quería ser escritora. Tras haber aprobado el bachillerato en 1925, De Beauvoir empezó sus estudios superiores en el Instituto Católico de París, institución religiosa privada a la que solían asistir las muchachas de buena familia. Allí completó su formación matemática, mientras que ampliaba su formación literaria en el Instituto Sainte-Marie de NeuillyJunto a Jean Paul Sartre, Raymond AronMichel LeirisMaurice Merleau-PontyBoris Vian y otros intelectuales franceses de izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea. Su consagración literaria tuvo lugar el año 1949: la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos. El Vaticano, por ejemplo, se mostró contrario al ensayo. Los Mandarines, publicado el 1945, marcó el reconocimiento de su talento literario por la comunidad intelectual: se le otorgó por esta novela el Premio Goncourt. De Beauvoir ya era por entonces una de las escritoras con más relevancia a nivel mundial. A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. También relata su relación con Sartre, que calificó de éxito total. En 1964, publicó Una muerte muy dulce, que relata la muerte de su madre. Sartre consideró siempre que éste fue el mejor escrito de Simone. La eutanasia o el luto forman el núcleo de este relato cargado de emoción. Tras la muerte de Sartre en 1980, publicó en 1981 La ceremonia del adiós, donde relató los diez últimos años de vida de su compañero sentimental.
La actividad de Simone de Beauvoir fue, junto con la de Gisèle Halimi y Elisabeth Badinter, central para obtener el reconocimiento de los maltratos sufridos por las mujeres durante la guerra de Argelia, así como para la obtención del derecho al aborto en Francia. Fue una de las redactoras del  Manifiesto de las 343, publicado en abril de 1971 por la revista Le Nouvel Observateur. Con Gisèle Halimi, fundó también el movimiento Choisir, que tuvo un papel determinante en la legalización del aborto.
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“Extraordinario decorado el de este bosquejo de ciudad abandonada en los confines de un pueblo y al margen de los siglos. Bordeé la mitad del hemiciclo, subí por las escalinatas del pabellón central: contemplé largo rato la sobria majestad de estas construcciones edificadas con fines utilitarios y que nunca sirvieron para nada. Son sólidas, son reales: sin embargo, su abandono las transforma en un simulacro fantástico: uno se pregunta de qué. La hierba tibia, bajo el cielo de otoño, y el olor de las hojas muertas me aseguraban que no había abandonado este mundo, pero había retrocedido doscientos años atrás. Fui a buscar unas cosas en el auto; extendí una manta, almohadones, puse la radio a transistores, y fumé mientras escuchaba Mozart. Detrás de dos o tres ventanas polvorientas adivino presencias: sin duda son oficinas. Un camión se detuvo ante uno de los portones, unos hombres abrieron, cargaron bolsas en la parte trasera del vehículo. Ninguna otra cosa ha alterado el silencio de esta siesta: ni un visitante. El concierto terminado, me puse a leer. Doble sensación de extrañamiento: me iba muy lejos, a orillas de un río desconocido; alzaba la vista y volvía a encontrarme en medio de estas piedras, lejos de mi vida”.
La mujer rota (1968; Edhasa, 2007)
"... Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento (...)"
Simone de Beauvoir

*Ilustra este post la imagen de una mujer que encontré herida en un parque de Madrid. Me contó una triste historia de sufrimiento y dependencia. La volví a ver al cabo de unas semanas y estaba mejor, camino de la recuperación.

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