lunes, 9 de enero de 2012

Chuck E. Weiss

"Tom estaba en el pasillo, medio desnudo, atizándole a aquel perro con una barra" 


Weiss y Waits en los 70Fragmento de la entrevista que hace J.L. Fernández a Chuck E. Weiss en la revista española Popular 1. Fotografías extraídas de la Tom Waits Library.

Para los que hemos seguido a Tom Waits desde hace años, cuando casi nadie le conocía, es sorprendente verle acaparando titulares y coronando los charts.

"Es un ejemplo perfecto. Y además ahora está grabando música muy personal. Pero ha demostrado que si tienes talento, aunque grabes música retorcida, primitiva... ese talento va a ser reconocido, precisamente porque ofreces algo radicalmente diferente y valioso. Es una ley de mercado básica".

¿Estáis en contacto?
"Sí, solemos llamarnos. Sigue siendo uno de mis mejores amigos".

¿Qué opinas de su disco triple, Orphans? Es alucinante, todos esperábamos una buena recopilación de rarezas, pero es que son realmente tres discos con su propia personalidad, y me atrevería a decir que están a la altura de su mejor material, que es decir mucho.
"Todo lo que hace Tom es magistral. No sabes cómo se implica en cada pequeño paso de su carrera. Es increíble. Él no se conforma con recopilar caras b y temas sueltos, necesita darles a los fans un concepto, ese 'algo' que muy pocos artistas tienen y que hacen que te conviertas en seguidor suyo al instante. Fíjate en Orphans, he hablado con mucha gente sobre el disco, también con Tom, y nadie logra ponerse de acuerdo en cuál es el mejor de los tres. Tom se identifica más con Bastards, porque está en una etapa muy experimental, pero a mí me gusta más Brawlers, que es más Rhythm and Blues. Se lo dije cuando escuché el álbum: el primer disco de Orphans, Brawlers, me parece el mejor disco de Tom Waits".

Waits y Weiss¿El mejor? ¿En serio?
"Lo mantengo. No imagino ninguna de esas canciones sonando en la radio, pero son tan fantásticas que hacen que se venda solo, lo ha comprado muchísima gente, por eso es un ejemplo del poder que tiene la buena música, aunque no sea lo que se dice comercial. Ese CD, separado de los otros dos, me parece perfecto".

Ya que hablamos de Tom Waits, durante años fuiste una especie de leyenda underground vinculada a su etapa 70's, en especial a los días salvajes en los que vivíais en el Hotel Tropicana. ¿Te has sentido molesto alguna vez por ser conocido debido a tu amistad con Waits, más que gracias a tus propios logros?
"No, no. De hecho nunca le di importancia. Somos amigos y ser considerado una leyenda por sus fans... no sé, yo seguía a lo mío, nunca fui consciente de ese supuesto status por ser amigo suyo. Mi realidad siempre fue otra, no la de los medios ni la de los fans de Tom Waits".

Chuck E. Weiss - Extremely Cool (1999)Ya, pero ten en cuenta que cuando grabaste Extremely Cool, Waits fue la razón de que el disco tuviese una acogida tan generosa, más que nada porque no habíamos escuchado nada tuyo anteriormente, y existía una gran curiosidad.
"No me entiendas mal. Yo le estoy enormemente agradecido a Tom, pero no por ser parte de su vida en los inicios de su carrera, o porque sus seguidores me consideren una leyenda. Mi agradecimiento a Tom es directamente personal, porque siempre he contado con su amistad, y porque él y su mujer Kathleen se empeñaron en meterme en el estudio y grabar ese álbum, y porque Tom me dio la garantía de que él mismo ejercería de productor. Fue genial reencontrarnos, volver a trabajar juntos y hacer ese disco. Me gusta mucho cómo quedó nuestro dueto It Rains On Me, fue muy emocionante. Y claro está, no esperaba tener una respuesta como la que tuvimos con Extremely Cool. De haber sido un fracaso, es posible que no me plantease seguir haciendo discos. Fue una sorpresa también para Tom".

Durante vuestras correrías en los 70. ¿Tom era un amigo músico más o ya te dabas cuenta de que estabas ante uno de los más brillantes songwriters de tu tiempo?
"¿Sabes? Con Tom siempre lo tuve muy claro. Era mejor que cualquier otro. Quiero decir, todos los artistas luchábamos por hacernos un hueco en los clubs, nos conocíamos, existía esa rivalidad, sana, por llamarla de alguna manera. Pero lo de Tom era algo diferente. Tenía ese gancho como intérprete, era puro espectáculo, y uno tenía la sensación de que podía escribir una canción tocando cualquier estilo, cualquier temática, y sería una canción fantástica. En sus canciones había drama, melancolía, desesperación, pero también mucho humor. Le rodeaba lo mismo que al resto, pero le inspiraba de distinta manera. No sé exactamente cómo lo hace, pero está claro que es un narrador único, que puede hacerte saltar de uno de esos sentimientos a otro entre canción y canción. Así que no, no me sorprende ver cómo ha triunfado en el mundo de la música. Es una cuestión de talento, simplemente se lo merece".

Se habla mucho de aquellos días que pasaste junto a él en los 70. El Tropicana, el Troubadour, Rickie Lee Jones, alcohol... seguro que tienes muchas historias de esa época.
"Tengo muy buenos recuerdos, claro. Se han dicho y escrito muchas cosas sobre esos años en concreto, pero imagino que tendrías que preguntarle al propio Tom por muchas de ellas. Ya ha pasado mucho tiempo, muchas ni consigo recordarlas".

Cuéntanos alguna.
"Yo vivía en el hotel Tropicana, en West Hollywood, en una pequeña habitación justo debajo de la que ocupaba Tom. Conocíamos a un tipo que se llamaba Sparky. Sparky Porter. Era un buen amigo y solía pasarse a veces a visitarnos. Pues una noche escuché a Sparky llamando a mi puerta a las cuatro de la mañana, pegando gritos y despertando a medio hotel. Yo estaba totalmente desconcertado, tío, pensaba '¿se puede saber qué diablos quiere a estas horas?'. Empecé a gritarle que si estaba loco o qué, despertándome a las tantas de la madrugada. Y él gritaba 'Ayúdame, no puedo explicártelo ahora. Ayúdame, abre la puerta'. Abrí y vi a mi amigo siendo arrastrado por un perro enorme por todo el pasillo. ¡El perro intentaba montarlo! (Risas) Y Tom estaba en el pasillo, medio desnudo, atizándole a aquel perro con una barra para quitarlo de encima de mi amigo. Es una historia de la que aún hablamos Tom y yo las últimas veces que nos vimos, fue una de las situaciones más absurdas que he vivido".

Se dice que durante la estancia en el Tropicana, Tom tenía su nevera llena de llaves inglesas y herramientas. Siempre he tenido curiosidad por saber si era cierto.
"¿Herramientas? ¡Es posible! Lo que puedo asegurarte es que no había comida en aquella nevera". (Risas)
Waits, Weiss, Jones y Dr. JohnSu novia por aquel entonces, la cantante Rickie Lee Jones, vivía también en el hotel con vosotros. Sin ir más lejos, escribió un tema sobre ti, Chuck E's in Love, que se convirtió en un gran hit. ¿Cuál es la historia detrás de esa canción?
"Bueno, no puedo hablar por ella, pero creo que reflejaba la simpatía que sentía por mi. No consigo recordar muy bien la letra, pero era algo así como que yo de repente abandonaba mi look de tipo bohemio y descuidado, y empezaba a arreglarme, y todos creían que era porque había encontrado una chica e iba a casarme (risas). No lo recuerdo bien, éramos amigos y hacíamos ese tipo de bromas constantemente".

Tenemos la imagen del Tropicana como un albergue para la crème de la crème de la bohemia artística y la contracultura de esos años. Además de vosotros, tengo entendido que estaba habitado por un montón de celebridades. ¿Qué tipo de gente se alojaba allí?
"Visto hoy en día podríamos hablar de una mezcla de poetas, beats, artistas contraculturales y bohemios de toda clase. Y todo tipo de gente inquietante y peligrosa. Para que te hagas una idea, recuerdo ver por allí a Nico, la musa de la Velvet Underground, a Sam Shepard, los Dead Boys, Blondie... y artistas underground, cantautores fracasados, y por supuesto proxenetas, traficantes de todo tipo... pero una vez vivías allí era agradable, aprendías lo que era la convivencia con gente diferente".

¿Por qué os fuisteis a vivir a un sitio como ese?
"En mi caso, fue únicamente porque me gustaba el restaurante. Se llamaba Dukes y la comida era bastante buena, y muy barata. Además me encantaba la atmósfera de aquel lugar, y me encontré recién llegado a L.A., conduciendo cada día para comer en la cafetería del Tropicana, así que pensé, '¿por qué no me vengo a vivir aquí?' (Risas). Unos meses más tarde Tom también decidió mudarse al Tropicana. El alquiler era también muy asequible, y para gente como nosotros estaba bien. Cuando llegamos no conocíamos a nadie allí, ¡y la primera impresión fue que era un lugar con gente muy amigable!".

Weiss y WaitsTu presencia en los primeros álbumes de Tom Waits es también notoria. en el caso de Spare Parts I & II, del álbum Nighthawks at the Diner, apareces como co-compositor. Es uno de los pocos casos donde Waits no firma en solitario. ¿Cuál fue el origen de esa canción?
"La compusimos juntos, antes de que el álbum tomase forma. Yo sabía que Tom estaba preparando un álbum en directo y que quería canciones nuevas, así que le ayudé con la melodía y después él añadió las letras, que eran, como el propio título de la canción indica, fragmentos distintos de cosas que habíamos escrito juntos. Tom los unió y los convirtió en una canción".
En su siguiente disco, Small Change, te nombra en un tema, y apareces en el subtítulo de Jitterbug Boy. La leyenda dice que el protagonista de la canción estaba inspirado en ti."Parcialmente inspirado en mí, y también en otro amigo nuestro que se llamaba Robert Marchese. La letra del tema está llena de bromas privadas".

Chuck E. Weiss acaba de publicar el disco 23rd and Stout.

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