La fotografía entra en el museo
Cuando en
los años 1970, el proyecto de transformar la estación de Orsay en museo
del siglo XIX ve el día. Ningún museo de Bellas Artes en Francia tiene
todavía una sección dedicada a la fotografía. Muy pronto, no obstante,
se decide que esta invención de mayor relevancia del periodo tendrá su
espacio en el futuro museo de Orsay.
Falta sin embargo elegir entre la creación de una colección o, simplemente, la organización de exposiciones temporales, alimentadas por obras procedentes de demás instituciones o de coleccionistas privados. Varios elementos militan en favor de la primera opción. Esta proporciona al museo recursos para contribuir al enriquecimiento del patrimonio francés, le asegura una determinada autonomía en cuanto a las exposiciones en sus salas y, por fin, evita crear una sección “muerta”, por estar privada de colecciones propias.
La decisión de constituir un fondo de fotografía en el museo de Orsay fue pues tomada en 1978. Esta queda por realizar entonces por completo ya que, respecto a esta técnica, al contrario de la pintura o de la escultura, no existen conjuntos ya reunidos a lo largo de los años por el antiguo museo del Luxemburgo o por el Louvre.
El
programa del museo de Orsay se precisa poco a poco. Ya no se trata de
un museo que cubre todo el siglo XIX, sino un periodo más reducido que
va de 1848 a 1914. Las fechas de las colecciones de fotografía, sin
embargo, no pueden seguir lógicamente estos estrictos límites
temporales. Por un lado, el invento de esta técnica fue oficialmente
promulgado 19 de agosto de 1839, por el astrónomo y físico
Louis-François Arago, durante una sesión en la Academia de Ciencias en
París, y por otro lado, 1918 corresponde, de un punto de vista estético,
a la emergencia de la fotografía moderna. Fue de hecho tras la guerra
que el movimiento pictorialista se debilita verdaderamente y que nace en
Alemania la fotografía experimental que va a transformar obviamente los
esquemas del siglo XIX.Falta sin embargo elegir entre la creación de una colección o, simplemente, la organización de exposiciones temporales, alimentadas por obras procedentes de demás instituciones o de coleccionistas privados. Varios elementos militan en favor de la primera opción. Esta proporciona al museo recursos para contribuir al enriquecimiento del patrimonio francés, le asegura una determinada autonomía en cuanto a las exposiciones en sus salas y, por fin, evita crear una sección “muerta”, por estar privada de colecciones propias.
La decisión de constituir un fondo de fotografía en el museo de Orsay fue pues tomada en 1978. Esta queda por realizar entonces por completo ya que, respecto a esta técnica, al contrario de la pintura o de la escultura, no existen conjuntos ya reunidos a lo largo de los años por el antiguo museo del Luxemburgo o por el Louvre.
Las ambiciones de la colección
Se
empieza a crear la colección a partir de 1979, con varias ambiciones.
Testimoniar en primer lugar de la evolución formal de este arte,
estrechamente influenciado por las transformaciones técnicas. El uso de
la práctica fotográfica se modifica profundamente a lo largo del
periodo: existen en efecto pocos puntos en común entre las primeras
voluminosas cámaras de daguerreótipos, de compleja manipulación y que
requieren mucho tiempo de pose, y los pequeños aparatos instantáneos que
tienen un considerable e inmediato éxito comercial, tras aparecer en
los últimos momentos de los años 1880.
Se trata también, en regla general, de recopilar revelados antiguos y originales, realizados por los fotógrafos a partir de sus negativos, o por los editores, si se trata de una edición. Por fin, esta colección debe respetar el carácter internacional del museo de Orsay y mostrar, en particular, los estrechos vínculos labrados entre la fotografía francesa e inglesa, desde el origen de este medio y luego su difusión, en numerosos países.
(Musée dÓrsay)
Se trata también, en regla general, de recopilar revelados antiguos y originales, realizados por los fotógrafos a partir de sus negativos, o por los editores, si se trata de una edición. Por fin, esta colección debe respetar el carácter internacional del museo de Orsay y mostrar, en particular, los estrechos vínculos labrados entre la fotografía francesa e inglesa, desde el origen de este medio y luego su difusión, en numerosos países.
(Musée dÓrsay)
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