lunes, 30 de mayo de 2011

Te veo porque me ves

Es imperativo atrapar el momento. Darle forma escultórica en un segundo y después contemplar el mundo desde la pared. Ella deja a la casualidad esculpir un gesto, nada es preconcebido. Cada imagen es verso y en cada flash habita un infinito negro de dudas y misterio. Es elfa y se aburre en su bosque de paredes rectangulares. Sale a tomar el aire, se divierte y vuelve en una diezmilésima a su escondite. Busca el sentido de la existencia. Deambula en el claroscuro al son de tonos medios y destellos. 
Y después, la nada atraviesa el recuerdo con la lentitud de un sueño ebrio...

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