Te veo porque me ves
Es imperativo
atrapar el momento. Darle forma escultórica en un
segundo y después contemplar el mundo desde la pared. Ella deja a
la casualidad esculpir un gesto, nada es preconcebido. Cada imagen es
verso y en cada flash habita un infinito negro de dudas y misterio. Es elfa
y se aburre en su bosque de paredes rectangulares. Sale a tomar el aire,
se
divierte y vuelve en una diezmilésima a su escondite. Busca el sentido
de la
existencia. Deambula en el claroscuro al son de tonos medios y
destellos.
Y después, la nada atraviesa el recuerdo con la lentitud de un sueño ebrio...
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