No se avistan
islas para naufragar, porque ya no quedan, Sabina
Desde mi
ventana tropieza mi vista con el ladrillo rojo, oculto tras la floresta, aún
viva tras los golpes del invierno
Desde mi
ventana salto en paralelo, rujo al suelo, enmudezco y lloro
Desde mi
ventana veo perros grandes y chicos, veo hombres vestidos de domingo
hortera y zapatos de pobreza
Desde mi
ventana veo mucho o nada, depende de la cuestión, y si me animo hasta veo
carros y carretas, cajas y probetas, consuelos y rarezas
Desde mi
ventana veo el cielo, eso sí, de color verde, amarillo, rojo y
azul
A veces veo
luces en la lejanía, envueltas en tela de algodón gris y blanco
Y hasta veo lindas mujeres de piernas largas y miradas tristes
Desde mi
ventana veo el futuro y los miedos, veo un arco roto y una sandalia perdida
Desde mi
ventana echo a volar recuerdos y salgo a flote, levitando entre las tórtolas,
los tórtolos, la primavera y la paz
Desde mi
ventana cojo carrerilla y me sumerjo en el agua del pantano oscuro
Salgo, entro,
subo y bajo, como un globo indeciso que vuela rozando el tiempo
Desde mi
ventana veo cables y postes de madera, que fueron caminos, sendas y sudor
Desde mi ventana veo el mundo entero, la niebla, el pecado, el amor, el grito...
Desde mi ventana veo el mundo entero, la niebla, el pecado, el amor, el grito...
Sí, los
gritos se ven desde mi ventana. El sonido se ve desde mi ventana
Desde mi
ventana he visto hacer el amor a una golondrina con un pavo, tal era su fuerza
Desde mi
ventana yo he visto caer al suelo en el acto, fulminado, al profesor de física,
en día de examen.
Escucha:
desde mi ventana vi soñar despierto a un guardia de la porra, llorando de
alegría al tirar su casco al suelo
A veces miro
y miro, de espaldas al suelo frontal y curvado, desde mi ventana
He visto,
desde mi ventana, un río indeciso llamar a mi vecina, que guisaba compota en la
azotea, bailando rumba de tacón y labios rojos.
Doy una
vuelta de tuerca a la nube, y salto de nuevo a la calle, sin prisas ni pausas,
desde mi ventana
Hasta mi
ventana llega el recitado de un verso de Neruda, la canción triste abandonada,
el color de un día de fiesta
Desde mi
ventana se ve el mar en días de lluvia, y flotan islas en los cristales
Desde mi
ventana veo otras ventanas
Abiertas
Cerradas
Oscuras
Rotas...
El club de los poetas muertos
Bonito, muy bonito.
ResponderEliminarufffffff guillermo!!! No me hables de ventanas. Yo he conocido dos: la ventana de mi abuela, los días enteros avistando la vida, la que a ella se le iba. Era su distracción. Yo no puedo imaginar a mi abuela sin su ventana.
ResponderEliminarLa otra ventana: la mía propia. La de días, tardes y hasta a veces noches que he pasado en un bar de mi padre. Tengo una imagen fija: un camino que sube a un parque justo en frente.
La de historias que puedo contar, mías y ajenas a mí, de ese pequeño microcosmos que es "desde mi ventana".
gracias por recordarmelo
La ventana abierta... La imaginación.
ResponderEliminarSalud, Javier, Alberto :-)
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ResponderEliminarMuchos teníamos una física cerrada que no impidió que abriéramos cada vez más la que teníamos interior. Rompiéndola y convirtiéndola en puerta por donde salir y cumplir aquello que someramente podríamos creer que se podría conseguir, para poder alcanzar cosas que en nuestra ventana interior ni siquiera podíamos haber llegado a imaginar.
ResponderEliminarAunque también cumplir aquello que la imaginación, es decir los sueños, nos haya hecho heridas. Pero valió la pena y aún sigue valiendo la pena.
No me gustan tus fotografías, aún menos me gusta ver tu web y ahora encima que horror tu blog. Lo que tengo que sufrir.
Guille, hombre, eres único. Lo sé, te conozco como se puede llegar a adivinar como es una persona con el sólo movimiento de su forma de andar según se acerca a ti.
Besos de sabor a mandarina.
Salud y Salu2
Kel
Gracias, Kely. Un abrazo fuerte, desde mi ventana :-)
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