viernes, 15 de julio de 2011

David Bailey











Photographer: David Bailey
Model: Abbey Lee Kershaw, Susie Bick
David Bailey nació el 2 de enero de 1938 (Leytonstone, Londres). Su padre, Herbert, era cortador de sastre. Una no diagnosticada dislexia hizo que sus estudios fueran difíciles. Entonces, Bailey desarrolló un amor por la historia natural, y esto lo llevó a la fotografía. A los quince años abandona los estudios y se hace repartidor de correos. Es por esta época cuando se compra su primera cámara, una Rolleiflex. Se formó en la fotografía como autodidacta, antes de servir en la Fuerza Aérea Real de Malasia en 1957.




En 1959 se convirtió en asistente de fotografía en el estudio de John French, antes de ser contratado como fotógrafo de moda de Vogue en 1960.



Junto con Terence Donovan y Brian Duffy, ayudó a crear la "Swinging London' de la década de 1960: una cultura de la alta costura y celebridades chic. Los tres fotógrafos se codeaban con actores, músicos y demás personajes públicos, de esta forma se encontraron elevados al estatus de celebridad.



De la supermodelo Jean Shrimpton, Bailey dijo:
" Ella era la magia y la cámara también la quería. En cierto modo, era la modelo más barata del mundo, sólo era necesario disparar medio rollo de película y ya lo tenías. Tenía el don de situarse en el lugar correcto, ella sabía dónde estaba la luz, no era más que natural".


Bailey ha estado casado cuatro veces: en 1960 con Rosemary Bramble; en 1965 con la actriz Catherine Deneuve (divorciados en 1972); en 1975 con la modelo Marie Helvin, y en 1986 con la modelo Catherine Dyer,  con quien sigue casado. Amante del arte, adora a Picasso.



David Bailey afirma "adorar" a las mujeres, como demuestra, entre otras cosas, el hecho de que vaya ya por su cuarto matrimonio, pero prefiere a los hombres como modelos cuando se trata de fotografiar desnudos.
"El cuerpo del varón es más hermoso, porque tiene una línea más elegante", explica Bailey, que ha retratado a todo tipo de personajes famosos, desde los Beatles, Peter Sellers o Brigitte Bardot, hasta Lady Di o el pintor Francis Bacon.
En declaraciones al Daily Telegraph, el famoso fotógrafo británico, de 73 años, afirma que por dos millones de libras fotografiaría "aunque fuera a Stalin o a Hitler" porque, dice, "no soy un filósofo moral".
"Se me acusa de ser comercial, pero no lo soy más que el 90 por ciento de los pintores renacentistas, que sólo hacían publicidad para el Vaticano", explica Bailey, que ha recibido el encargo de fotografiar al líder conservador británico David Cameron para la edición americana de la revista "Vanity Fair".
Preguntado si le gustaría fotografiar a los dos nietos de la reina Isabel II, los príncipes Guillermo y Enrique, Bailey responde: "No son precisamente Bob Dylan. Las personas tienen que haber hecho algo" para que él las fotografíe.
Bailey, que estuvo casado con la bella actriz Catherine Deneuve y a quien se le atribuyen muchos otros romances, critica lo que califica de "adicción al sexo actual".
"¿Se trata sólo de acostarse con mucha gente? -comenta en tono crítico- Creo que a Tiger Woods le gustaba eso. Y, a decir verdad, creo que lo hacen ahora también muchas chicas, tal vez incluso más que los hombres. En los años sesenta, uno tardaba de tres a seis meses en llevarse a una muchacha a la cama, ahora sólo se tardan de tres a seis minutos", dice.



Bailey ha expresado su hartazgo del tipo de modelos que se busca hoy, que parecen androides o maniquíes de escaparate, según declara en una entrevista en The Times.
"Las retocan tanto que no parecen reales. No son interesantes. Y es imposible también saber quién es el autor de la fotografía. Antes sí era posible. Las fotos tenían personalidad".
"Antes se podía distinguir a una mujer fotografiada por Helmut, Newton, Cecil, Beaton o por quien fuera. "Una mujer Bailey tiene un aire muy distintivo. Es una mujer de carne y hueso, una mujer sexual", afirma.
Bailey, que inspiró al cineasta italiano Michelangelo Antonioni el personaje que interpretó David Hemmings en la película "Blow up", de1966, no ha dejado de trabajar desde entonces.
Sigue colaborando con el grupo editorial Condé Nast, sobre todo para las revistas Vogue, Vanity Fair y GQ, y ha publicado cuatro libros en los tres últimos años, a los que se sumarán pronto otros seis.
El fotógrafo reconoce, por otro lado, que los dos primeros fotógrafos de moda o directores de arte que le contrataron se fijaron en él porque eran homosexuales.
"Si no fuese por ellos, yo seguiría hoy conduciendo un autobús", afirma.

Via: Papermode

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