Debo agradecer a grandes maestros de la fotografía, como Cecil Beaton, que alimentaran mi fascinación por la iluminación con luz continua y el sabor del claroscuro. Beaton, que además de un gran fotógrafo era un dandi auténtico, nos muestra con su trabajo que es posible sublimar el diseño de decorados y el vestuario, para hacer con todo ello "Arte", en el más amplio sentido de la palabra.
© Cecil Beaton.
© Cecil Beaton.
La escultura y la pintura influyeron en su estilo, contribuyendo en la construcción de un lenguaje cargado de glamour y un cierto sentido dramático. Siempre envidié su intuición para adivinar el futuro de las tendencias, que le situaron en la vanguardia durante más de 50 años de profesión. Fotógrafos relevantes como Mario Testino o David Bailey se han inspirado en su obra en muchas ocasiones.
La escultura y la pintura influyeron en su estilo, contribuyendo en la construcción de un lenguaje cargado de glamour y un cierto sentido dramático. Siempre envidié su intuición para adivinar el futuro de las tendencias, que le situaron en la vanguardia durante más de 50 años de profesión. Fotógrafos relevantes como Mario Testino o David Bailey se han inspirado en su obra en muchas ocasiones.
© Cecil Beaton.
El maestro fusionó en fotografía su admiración por la pintura y la escultura. En algunas imágenes que captó de Marlene Dietrich, las pinceladas se hacen patentes al recordar las delgadas figuras que recreaba Durero. En 1928 fotografió a Edith Sitwell, que aparece en la imagen tendida en un suelo que revela una textura pétrea, similar a la de un mausoleo de estilo gótico. Ya en los años 60, Mick Jagger rememoró en una de sus fotografías la figura de un hombre que sufre, al estilo de los pintados por artistas italianos de la pintura del Quattrocento. Mucho antes, en 1937, fotografió a Salvador Dalí detrás de su composición Pareja con cabeza llena de nubes, y en 1947 fotografió el perfil del todavía jovencísimo Marlon Brando, que estudiaba el texto de Un tranvía llamado deseo.
Beaton provenía de una familia burguesa, y en parte ello le ayudó en su camino hacia los círculos de la élite más sofisticada de Inglaterra y de todo el mundo.
Quizás tener como compañeros de estudio a Cyril Connolly y George Orwell le influyera de alguna manera, aunque abandonó la Universidad sin acabar la carrera de Arquitectura.
Desde 1927, año en el que comienza a trabajar en Vogue, y hasta bien entrados los años sesenta, no hubo celebridad que escapara a la curiosidad de su objetivo.
Sigue siendo un referente importante para mí al que en ocasiones intento imitar, obviamente con la mentalidad y las formas de un agradecido estudiante.
© Guillermo Asián.Quizás tener como compañeros de estudio a Cyril Connolly y George Orwell le influyera de alguna manera, aunque abandonó la Universidad sin acabar la carrera de Arquitectura.
Desde 1927, año en el que comienza a trabajar en Vogue, y hasta bien entrados los años sesenta, no hubo celebridad que escapara a la curiosidad de su objetivo.
Sigue siendo un referente importante para mí al que en ocasiones intento imitar, obviamente con la mentalidad y las formas de un agradecido estudiante.