miércoles, 11 de enero de 2012

Cicatrices


 © Guillermo Asián

       -¿Qué es esta cicatriz que tienes en el muslo?-
       - Pues eso, una cicatriz -
       - ¿Y cómo te la hiciste?-  Le preguntó él mientras acariciaba suavemente con el dedo una roseta blanca rosácea en la zona superior del muslo
       - Me la hice de pequeña, saltando. Me caí sobre una lata oxidada -
Las cicatrices a veces se hacen diminutas con el tiempo, se afinan hasta quedar reducidas a una pequeña mancha de tono más claro que la piel que la circunda; en otras, el tejido cutáneo crece más de la cuenta y se desborda formando montes, mesetas y cordilleras
       - ¿Tanto te preocupa? es sólo una cicatriz... Mira ésta -, y ella dio un respingo en la cama, se dio la vuelta y le mostró una media luna marcada en el costado -Mira, ésta me la hizo Andrés –
      -  ¿Qué Andrés? –
      -  Un novio que tuve hace años. Qué bestia. Me la hizo para que no le fuera infiel –
      -  ¿ Y lo consiguió?- Le preguntó él mientas le besaba en el vientre, un poco más abajo del ombligo, en el nacimiento del vello.
      - Creo que no - Ella se reía y le contaba que Andrés, ese antiguo novio sin rostro y sin cuerpo para él, había leído en el Kama sutra que clavando las uñas en el costado del amante antes de su partida, formando una media luna se impedía que el esposo se acostara con otras.
      - ¿Y eso? –
      - Bueno, decía que el amante al notar las manos de otra mujer sobre la herida sentiría rechazo, se daría cuenta de que su esposa estaba presente y abandonaría a la mujer-.
     - ¿Y ahora qué sientes? - Le decía él mientras besaba y lamía la cicatriz con forma de luna
     - Siento que te quiero. No sé de qué forma, pero te quiero-  Mientras, le acariciaba el pelo.
En ese momento, ella se preguntó si eso de la media luna lo había leído en el Kama sutra o tal vez en el Jardín perfumado.
     - Mira - le dijo él levantando la cabeza, mostrándole una cicatriz larga y serpenteante, casi imperceptible, sobre el lado derecho de su frente
     - Ésta me la hice saliendo de la bañera - Y ella de pronto se imaginó cogiéndole del pelo, golpeando repetidas veces su cabeza contra la taza del baño, una y otra vez, una y otra vez, sangrando, hasta que se rompía la loza, y con ella, su cabeza. Y no sabía por qué, pero esa idea le excitaba
     - ¿En qué piensas?- le preguntó él. Ella se quedó mirándole, cogió un cigarrillo de la mesilla y se lo llevó a la boca
     - En nada - y ella pensó que estaba pensando en cómo sonaría su cabeza contra la taza.
     - Dame fuego... Creo que está por ahí. No lo veo –
     - Espera, creo que está debajo de tu culo - Y de entre las sábanas sacó un mechero naranja fosforescente e intentó encender el cigarro. Una, dos, tres, y no se encendía, cuatro, cinco, seis, y a la séptima apareció la llama que consiguió que ella se quedara por lo menos media hora más en la habitación. Él deslizó el dedo desde la clavícula hasta el ombligo de ella; allí paró, dio un giro alrededor y metió el dedo
     - Esta es tu primera cicatriz –
     - Ya, pero no me toques ahí, me molesta –
     - ¿Por qué? - Le preguntó él
     - Porque me molesta y ya está –
     - Pues a mí no, mira - y él se metió el dedo varias veces en el ombligo como prueba satisfactoria de que no sentía nada raro.
     - Pues a mí sí. Me da no sé qué aquí abajo- y miró cómo él seguía jugueteando con su ombligo pensando que estaba ridículo haciendo eso. Le dio una palmada en la tripa y se levantó de la cama con el cigarrillo en la boca
     - Me voy a dar una ducha-  le dijo ella, y salió de la habitación. Y él, que no fumaba y no soportaba ver un cenicero lleno de colillas sobre la cama, lo cogió y lo colocó sobre la mesilla, mientras miraba los andares del cuerpo desnudo de ella por el pasillo. En ese momento él pensó cómo follaría ese tal Andrés.
En ese instante, ella entraba en el baño y abría el grifo del agua caliente.

1999. Año de las luces.

13 comentarios:

  1. Después de santiguarme, he leído el texto y me gusta tanto como la foto, será que el de la cicatriz es un lenguaje que conozco a la perfección.

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  2. me gusta el relato ...tranquilo...y la sexualidad, no se si esa es la palabra, de la foto.

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  3. Bonito relato y como ya te he dicho, la suciedad esta en los ojos del que mira. Saludos compañero.

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  4. Me gusta mucho la foto y el contenido del texto, no exento de cierta ternura, realismo algo ácido....la vida. Estrechos de mentes hay siempre...si lo mal califican...

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  5. Delicioso , las dos cosas.
    Ramón

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  6. Agradezco todos los comentarios. Gracias, Paqui, María,Teresa, katarke, UIFPW08, Javier, Anónimo, Patricia... Abrazos

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  7. Comprenderás que a una "jovencita" de 78 le admire y no le escandalice. ¿Cómo haces para que los censores de FB no te bloqueen? Es por si me da por publicar las memorias de una vieja perversa.

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    2. Hola, Felisa. En realidad no pueden bloquear un link, si no va unido a una imagen publicada en Facebook que consideren atentatoria contra "la moral" (la suya, obviamente). Yo no publico imágenes como la de este post en FB, pero facilito el link que conduce a este blog para que quien quiera pueda verlas. Espero esas memorias con impaciencia. Un abrazo

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